La inversión en
energías alternativas supone una importante fuente de ingresos en España,
además de ser la mejor opción para hacer frente a una demanda de energía que
cada vez es mayor. Suponen una solución para la fecha de caducidad de las
energías fósiles finitas y para reducir la dependencia exterior.
La Junta
de Andalucía es pionera en la promoción de energías renovables, gracias a sus
condiciones climáticas y a su terreno. Según Carlos Collantes, Director General
de Transporte de REE, “la manera más eficiente de aprovechar estas energías es la
generación de electricidad”. En esta Comunidad Autónoma se establecieron unos
ambiciosos objetivos, el Plan Andaluz de
Sostenibilidad Energética (2007-2013) que a día de hoy, antes de la fecha
estipulada, ya se han cumplido en el campo de la energía biomasa para la
generación eléctrica. Se estipuló que la producción de energía eléctrica con
fuentes renovables debía llegar al 32,2%, junto con la reducción a un 8% del
aporte de energía primaria.
A pesar
de todos los avances que ha habido en el campo de las renovables, los últimos
acontecimientos están frenando el desarrollo. La Asociación Nacional de Productores e Inversores de Energías Renovables
(ANPIER) informa sobre las ‘incertidumbres’ que atraviesa el sector, debido
a la retirada de inversión. La reforma fiscal y las posibles modificaciones
futuras hacen que se tambaleen las inversiones de todos aquellos que apostaron
por estas energías hace unos años.
Las
previsiones del CIEMAT (Centro de
Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas) para el periodo
2004-2030 establecían un crecimiento de la energía renovable del 1,7% anual,
privilegiándose de los altos precios de los combustibles fósiles y de su
atractivo como fuentes no contaminantes. Sin embargo, puede que este avance se
vea relativamente paralizado en los años siguientes por los recortes en
inversión.
Greenpeace y el Consejo Mundial de Energía Eólica
elaboraron un documento llamado: ‘Perspectivas
globales de la energía eólica’, en
el que se plantea como objetivo que más de un tercio de la electricidad mundial
provenga de esta energía en 2050. Pero a
esta ambición se le unen ciertos impedimentos. Es el caso de los parques eólicos marinos (llamados ‘offshore’),
que aún no existen en la península, este
es un sector que se encuentra en fase de desarrollo. Las posibles causas hay
que buscarlas en la ausencia de un estudio estratégico eficaz, la dificultad
burocrática y la negativa de vecinos y pescadores. Son muchos los que
consideran que los parques eólicos suponen, a pesar de las indudables ventajas
medioambientales frente a otro tipo de energías, un impacto negativo para el
lugar en el que se establecen (paisaje, ruido, aves, inferencias en los
sistemas de comunicación, etc.).
En España la energía térmica solar (termosolar), que sirve para proporcionar calefacción o agua caliente aprovechando el calor obtenido a través de paneles solares, supone nuevas oportunidades de desarrollo para Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Murcia. Se señala a las energías renovables como las causantes del llamado déficit tarifario y, en particular, a las centrales termosolares, sin embargo Luís Crespo, Secretario General de Protermosolar y presidente de Estela, indica que en lugar de pérdidas estas energías podrían proporcionar innumerables ventajas económicas para el avance de estas CCAA y una contribución a la superación de la crisis. Pero, al igual que para otras, requieren un fuerte impulso en su desarrollo.
Por
otro lado, la hidráulica es la energía acumulada en los saltos de agua,
que puede ser transformada en eléctrica. Esta es una de las más utilizadas en
el mundo, sin embargo quedaría alrededor de dos tercios de su potencial por
desarrollar. Es limpia y no agota el recurso del que se obtiene energía –el
agua-, pero se enfrenta a los mismos problemas y negativas a la hora de
establecer instalaciones para su explotación. Por ello, su desarrollo se
enfrenta a grupos de ecologistas, a lo que se une que apenas queden ubicaciones
en los países desarrollados para nuevas centrales hidroeléctricas. La solución
de los últimos años ha estado en las centrales minihidroeléctricas, que no
causan un daño severo y cuentan con viabilidad económica.
La
energía marítima es la gran apuesta
del año, la Comisión Europea considera el gran potencial de empleo que puede
esconder este tipo de energía y los Estados miembros de la UE se ha puesto de
acuerdo en establecer una política con una agenda marina y marítima en apoyo de
la Estrategia Europa 2020, que
pretende reducir los niveles de CO2 al 20% en todos los países e introducción
de las renovables en el consumo final también de un 20%. En esta agenda llamada
‘Crecimiento Azul’ está previsto trabajar
para conseguir que las energías marinas dupliquen su potencia cada año. La
empresa gallega Pipo Systems presenta en la Plataforma Oceánica de Canarias un
nuevo sistema de generación de energía undimotriz (que aprovecha la energía de
las olas), sistema patentado por esta firma española. En esta energía azul
podría estar la satisfacción de las necesidades mundiales, ya que permite
obtener energía de diferentes formas: aprovechando la fuerza de las olas, los
cambios de temperatura, las mareas, etc.). Ocean
Líder es la apuesta empresarial española para explotar esta energía.
LAS MÁS CONOCIDAS: EÓLICA
Y SOLAR
Posiblemente,
las energías renovables más conocidas actualmente en el panorama Español sean
la eólica y la solar. La razón está en su mayor visibilidad mediática y un
desarrollo que comenzó antes que en otro tipo de energías limpias y, por tanto,
existe un mayor conocimiento de sus aplicaciones prácticas. Además, de estar muy presentes en los últimos
proyectos de I+D+i, por ejemplo en el caso de la fabricación de ‘casas solares’
presentes en el concurso Solar Decathlon Europa celebrado en Madrid.
Eólica
Europa es
una de las mayores productoras de energía eólica y España se sitúa entre las
cuatro primeras (junto a EEUU, Alemania e India). Entre las principales empresas dedicadas a
este tipo de energía están Vestas en
Dinamarca y Gamesa en España. Esta
energía es la que mayor potencial tiene para convertirse en sustituta de las
llamadas ‘energías sucias’.
Otra de
las empresas importantes es Ingeteam
Service, dedicada a la operación y mantenimiento de instalaciones
fotovoltaicas y parques eólicos, que ha anunciado en los últimos días su
intención de destinar más de 500.000 euros a un nuevo proyecto de investigación.
El proyecto pretende desarrollar nuevas técnicas para diagnosticar el estado de
los aerogeneradores (molinos) sin que sea necesaria la suspensión del
funcionamiento durante el proceso, tal y como sucede en estos momentos, lo que
supone una enorme pérdida para el promotor. Este proyecto se llevará a cabo hasta
2014 en Albacete, con la financiación de la Unión Europea a través del Centro
de Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) y el Fondo Tecnológico.
La
inversión en I+D+i ha sido clave para el
desarrollo de las energías eólica y fotovoltaica en España. Junto a Ingeteam
Service, las distintas Administraciones Públicas llevan varios años manteniendo diversos
compromisos en planes de I+D+i y en otros programas para formación y fomento
del empleo. Esta empresa constituye, aunque no la principal, sí una de las
referentes en el campo de la energía sostenible y la apuesta por la internacionalización,
con instalaciones en Polonia, Chile, México y EEUU.
Solar
Por su
parte, la energía solar, obtenida
directamente del sol, ha experimentado un espectacular crecimiento estos
últimos años en toda Europa. Según datos del CIEMAT, en España habría unos
1.220.000 m2 dedicados a la obtención de este tipo de energía, la principal
empresa nacional dedicada al sector sería Isofotón.
En el contexto actual, el sector europeo se encuentra en un proceso de
transición debido a los recortes de las tarifas y ayudas que ha obligado a las
empresas a cambiar sus modelos de negocio de cara a la internacionalización.
Uno de los mercados más prometedores que
se ha revelado es América Latina, por
sus tasas de crecimiento económico y la creciente demanda energética.
En España la energía térmica solar (termosolar), que sirve para proporcionar calefacción o agua caliente aprovechando el calor obtenido a través de paneles solares, supone nuevas oportunidades de desarrollo para Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Murcia. Se señala a las energías renovables como las causantes del llamado déficit tarifario y, en particular, a las centrales termosolares, sin embargo Luís Crespo, Secretario General de Protermosolar y presidente de Estela, indica que en lugar de pérdidas estas energías podrían proporcionar innumerables ventajas económicas para el avance de estas CCAA y una contribución a la superación de la crisis. Pero, al igual que para otras, requieren un fuerte impulso en su desarrollo.
Actualmente,
el país es líder mundial tanto en potencia instalada como en capacidad
tecnológica, y muchas de las empresas empiezan a participar en proyectos de
otras regiones del mundo. En 2013 se estima que existirán unas 60 plantas en funcionamiento.
En los
últimos años se está potenciando el desarrollo de otras energías, como la
biomasa, la hidráulica, geotérmica y marina. La energía biomasa es la obtenida a partir de materia orgánica: restos
agrícolas, restos forestales y agroalimentarios son ejemplos de cómo obtener
una energía limpia, estos restos se transforman en una energía comparable a los
combustibles convencionales, pero con mayores beneficios medioambientales. Sin
embargo es una energía que solo supone alrededor de un 4-5% del total energético
europeo.
Andalucía
es la primera comunidad autónoma en España en biomasa para generación
eléctrica, con 18 plantas que proporciona la electricidad anual que consumen aproximadamente unas 364.000 viviendas.
Esto supone que ya haya alcanzado el objetivo de 256
megavatios previsto para el año 2013 en el Plan Andaluz de Sostenibilidad
Energética. A ello contribuye la utilización del hueso de la aceituna que
es un combustible muy potente. La
biomasa es una de las principales fuentes renovables en Andalucía y con mayores
posibilidades de desarrollo y una de las fuentes renovables que más aporta para
la demanda energética andaluza. Esta energía cuenta con el doble de empresas en
Andalucía que la eólica, la fotovoltaica y la termoeléctrica juntas.
Un estudio
elaborado conjuntamente por Aprean (Asociación
de Promotores y Productores de Energías Renovables en Andalucía) y la Consejería
de Empleo de la Junta de Andalucía señala que las energías térmicas
(termosolar, biomasa y geotermia) serán las que mayor crecimiento experimenten
los próximos años. Y con ello también se
prevé un crecimiento en el número de empleados en este sector.
La geotérmica transforma el calor del interior de la tierra
en energía, está aún en fase de experimentación y quizá por ello no se sabe
demasiado acerca de ella. El pasado mes de julio el Instituto Geológico de Cataluña publicó el primer atlas de
geotermia de España, que permite buscar información sobre el desarrollo
potencial de esta energía. Hace unos
meses las empresas
Bleninser
y Ciclo Binario se asociaron para construir la primera planta de energía
geotérmica de alta temperatura en España, que estará en Granada y permitirá el
abastecimiento a 5.000 hogares. La inversión que requiere será de unos 30
millones en la provincia, con un plazo de ejecución de dos años. Según datos de
Bleninser esta será “la primera empresa
de geotermia en España y la primera de Europa en capacidad de perforación”.
El avance
en materia de energía renovable ha sido estudiado y plasmado en el PER (Plan de Energías Renovables
2008-2020), aprobado durante el Gobierno de Zapatero que, pese a concebirse
como un avance para el desarrollo de las renovables, con un sistema de
incentivos, promoción del autoconsumo e inversiones en I+D, despierta algunas
oposiciones. Según responsables de Greenpeace, este plan “solo beneficia a las eléctricas, para que mantengan su negocio de
generación de energía sucia (…) porque rebaja sus objetivos -de las renovables-
a prácticamente el mínimo obligatorio marcado por la UE”.
BALANCE
El análisis
realizado por Enerclub, el Club Español de la Energía, mostró un retroceso de
las renovables en 2011 con respecto al año anterior, de un 4,6%. La mejora y alcance de los objetivos de la
Estrategia Europea 2020 se sitúa en un momento convulso de la economía española
y un contexto de rescate. Y, aunque muchos ven la salvación en la inversión en
este sector para disminuir la dependencia energética exterior y atraer capital
extranjero a la península, será un reto difícil para las administraciones
públicas dedicarse a invertir.
El
potencial español para las energías renovables gracias a la fabulosa
localización, condiciones climáticas y terrestres, podría convertirse en un
factor de crecimiento económico de cara al exterior, un ahorro en la compra de
energía y una oportunidad para atraer dinero. Si a todo ello le añadimos el
desarrollo sostenible, el freno al calentamiento global y a la contaminación,
queda una muy buena combinación para atraer inversión. El calentamiento del
planeta ha aumentado en un 29% en las últimas décadas según la Organización
Meteorológica Mundial (OMM) y según la AIE (Agencia Internacional de la
Energía), para evitar que el calentamiento supere los dos grados de la media,
es necesaria que la generación energética renovable aumente en un 83%.
Aunque,
no puede dejarse a un lado el problema de la negativa de muchos colectivos a
las instalaciones que requiere la energía renovable. Por un lado, contribuyen a
disminuir la contaminación y al no agotamiento de energías no renovables; por
otro, suponen un daño para determinados ecosistemas en los que se ubican las
explotaciones. Será necesario sopesar la manera más viable de desarrollo sin
que ello suponga un deterioro.
Sin duda
alguna, es necesaria la inversión en I+D+i. Lo que parece no tener sentido es
dejar de potenciar un sector que aporta enorme riqueza al país, además de
contribuir a generar puestos de trabajo, y dedicar el dinero a importar una
energía que podría producirse dentro de nuestras fronteras. Se trata de
priorizar y dejar de lado los acuerdos con las grandes multinacionales
(petróleo, gas…), para poder invertir en el propio desarrollo económico y
social del país. La pregunta es: si España puede invertir en la producción de
energía y esto permite mejorar diferentes ámbitos (medioambiente, trabajo,
inversión, etc.), ¿por qué pagar a otros por energías que contaminan más y no
dejan dinero dentro de nuestras fronteras?
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