jueves, 18 de octubre de 2012

Barça-Real Madrid: Los ejércitos de la política



Camp Nou durante el encuentro del Barça-Madrid  el 
7 de octubre (Web)
Al encuentro Barça-Madrid del pasado domingo se le dio un nuevo sentido que añadía al interés deportivo del partido uno de índole política: la reivindicación de la independencia de Cataluña. Los días precedentes al acontecimiento estuvieron marcados por varios anuncios de lo que iba a tener lugar y mostrarse en el Camp Nou: una bandera de Cataluña que, posteriormente, se pudo ver en las gradas, un cántico, una pancarta en la que se leía ‘Catalunya, European next state’ y cartulinas que formaron un  gran mosaico de la bandera.
La polémica independentista parece afianzarse y alzarse con más fuerza en el contexto de crisis económica. Durante la pasada Eurocopa, con la victoria de la Selección Española, las cosas eran distintas y aún no se había recrudecido tanto la situación. Además, aunque fuese a nivel deportivo, España estaba ganando. Al igual que en muchas comunidades de España, en Cataluña también lucieron algunas banderas nacionales y se celebró el triunfo con la misma alegría. Entonces el fútbol sirvió, en cierto sentido, como un instrumento socializador que propició un estallido del nacionalismo español. Con el Barça-Madrid el conflicto  pasó del campo de juego a la política. Mientras algunos directivos daban muestra de su oportunismo, —  Laporta, ex presidente del F.C. Barcelona, señaló que al igual que el Barça era símbolo de Cataluña, el Madrid lo era de España—, los jugadores parecían los únicos que se mantenían al margen mostrando un interés únicamente deportivo. Sin embargo, ese día los clubs pasaron a ser ejércitos de la política.
Casillas con la bandera de España y 
Xavi Hernández con la de Cataluña, 
en la Eurocopa 2012 (Web)
Es cierto, y un dato relevante para muchos catalanistas, que la línea fuerte de jugadores de la Selección pertenece al Barça, pero también hay otros.  Del mismo modo, como señalaba  la diputada socialista Carme Chacón, el Barça no sería lo mismo sin esos otros jugadores que no son catalanes, por lo que conviene “no mezclar la política con el futbol”.  La apropiación del equipo como símbolo político divide a la afición, dejando fuera a muchísimos aficionados de peñas deportivas culés no catalanas que, cansados del conflicto independentista, lo único que defendían era el respeto al deporte. Habría que preguntar a la afición catalana si su único apoyo a la selección española el pasado mes de julio venía por estar compuesta en su mayoría por jugadores del Barça. Si no, no tendría sentido que hondearan tantas banderas españolas en Cataluña y que ahora se pase a 


mirar con desprecio la ‘marca España’. Quizá en ese momento no se habían visto tan claramente los cuernos al toro de la crisis. Ahora, que España pasa por el peor momento económico y el mayor descontento social, la política nacionalista ha sabido sacar partido y politizar el deporte. Si España va perdiendo es más comprensible que nadie quiera estar en su equipo y, de la misma forma, resulta más fácil convencer a la población de hay que luchar para estar fuera de ese equipo desde todos los ámbitos, incluido el deporte.
Durante el desfile militar del Día de la Hispanidad han vuelto a estar presentes los dos temas estrella: la crisis y el independentismo catalán. Uno de los lemas del desfile en Madrid ha sido: 'Nuestra fuerza somos todos', que ha sabido jugar un doble sentido en relación a la importancia de la unión: El primero por parte de los militares, que han dejado claro que en la crisis todos hacemos un esfuerzo y por ello el dinero dedicado a la celebración ha sido menor que el de otros años. El segundo, como señaló el Ministro de Defensa, Pedro Morenés, en referencia al conflicto con Cataluña: “los españoles juntos y unidos somos muchos más dentro y fuera de España, que desunidos”. Y como contrapunto a las últimas movilizaciones, este día en Barcelona se concentraron para rechazar el independentismo y defender la unidad de España. Mientras tanto, otros defendían la autodeterminación.
Es vieja la utilización del fútbol por la política y son muchos los que han sabido ver el poder del fútbol a la hora de manipular a la gente y aficionados que  por nada del mundo van a dejar de defender a su equipo. Si  a esa devoción por los colores se le añade un significado en política, el fútbol podría proporcionar unos cientos de votos ganados, en este caso, a favor de la independencia. 

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