Es posible que la III Guerra Mundial ya haya empezado, nadie dijo que esta guerra fuera a librarse con balas, quizá llegó la hora de pelear con monedas, después de todo para eso se crearon las Naciones Unidas, utilizar los intereses económicos para evitar los conflictos armados. Pero no nos olvidemos de los conflictos económicos, hay quiénes saben sacar provecho a las crisis y más a ésta, la europea.
Son los países emergentes, Brasil, Rusia, India y China, denominados el BRIC por el analista Jim O’Neil, que han sabido aprovechar las pérdidas y el lento crecimiento o, más bien, estancamiento de Europa para sentarse a la mesa de la gobernanza económica mundial. Y se han sentado con fuerza, primero gracias a que, en la última década, han experimentado un crecimiento superior al de los países desarrollados que ha posibilitado una integración comercial y financiera, con un aumento de las inversiones en sus economías; y segundo, por su gran tamaño económico, dinamismo, superficie territorial que ocupan y ralentización del crecimiento de la población.
El BRIC comenzó por integrarse en el G-20, el primer foro para la cooperación económica internacional, una integración motivada, más que por la relevancia que estaban adquiriendo dichos países, por la conveniencia y oportunidad de aprovechar sus economías en un momento en el que se avecinaba la crisis europea y la prioridad era tratar de evitarla. Y después vinieron el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, un paso algo más complicado, ya que la participación en estos grupos viene determinada por las cifras. La participación de China y Rusia está bastante asegurada, aunque no tanto la de Brasil e India.
En poco tiempo se han convertido en el destino de inversiones extranjeras y, al mismo tiempo,en beneficiarios y motores de la economía global, se estima que en el año 2050 produzcan el 44% del PIB mundial. El crecimiento económico de los cuatro integrantes del BRIC, junto con sus intereses afines en muchos ámbitos,- no en todos-, ha llevado a que los representantes políticos de cada uno de ellos se reúnan periódicamente para debatir sus intereses. Entre éstos, está el intento por cambiar la tradición de que el presidente del FMI sea un europeo y un estadounidense el del Banco Mundial. También está entre sus pretensiones la reforma del porcentaje de voto que corresponde a cada país en el G-20, las cuestiones relevantes deben aprobarse por una mayoría del 85% de los votos, EEUU posee un 15%, lo que le otorga capacidad de veto y quieren evitar.
Se han convertido en relevantes actores de la economía global y, en los próximos quince años, se convertirán en los motores de crecimiento. De la misma manera, la importancia de sus decisiones también requiere contraer responsabilidades, como la aplicación del Protocolo de Kyoto en materia medioambiental y acatar los acuerdos, puesto que el BRIC emite un tercio de las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera.
La crisis financiera europea y la caída de muchos de sus gobiernos, está acelerando el proceso de convergencia de estos países, que ya nada tienen de emergentes, hacia las economías avanzadas. Sus objetivos y decisiones cada vez tienen más importancia, los procesos de liberalización comercial que han llevado a cabo han favorecido su integración mundial. La riqueza del BRIC se encuentra, además de lo dicho antes, en que son estados propietarios de considerables cantidades de materias primas y con grandes niveles de exportaciones. Según las previsiones de la UE, India superará el PIB de EEUU para el año 2043.
Considerando todas las ventajas de las que gozan y los datos de la última década, el BRIC, especialmente China e India, no tardarán en convertirse en unas de las mayores potencias o, tal vez, las mayores. Ésta es la III Guerra Mundial, la económica, los heridos ya empiezan a asomar en el campo de batalla, tan solo queda el cambio decisivo en la gobernanza mundial.