Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación han irrumpido en el mundo periodístico, y poco a poco se han ganado la atención del público. Se habla de crisis en la prensa escrita, de medios tradicionales, de los blogs y los nuevos periodistas, etc., de periodismo digital contra periodismo impreso.
Es cierto que los medios tradicionales no pueden enfrentarse a la difusión masiva que permite la red, es cierto que la rapidez a la hora de informar sobre hechos de última hora la tiene Internet, que la interactividad y la participación que permite han hecho que crezca su poder, su alcance y su uso. Pero, ¿qué pasa con la calidad motor del buen periodismo?
En Internet encontramos todo, información “escrita”, imágenes para quién necesite “ver para creer”, videos que aportan realidad, opiniones, contraste, etc. pero la variedad no siempre implica calidad. La red sigue siendo una herramienta, cada vez más avanzada pero no completamente mejor.
Reporteros, fotógrafos, cámaras…buscan, se informan, viajan a los lugares de los hechos, contrastan, elaboran y reelaboran; blogueros y usuarios aficionados, solo tienen que acceder a la red, “recolectar”, cortar, pegar, unir y opinar, pero lo que en realidad hacen es aprovechar el trabajo de otros.
¿En qué consiste el periodismo? Sí acudimos a la RAE nos dirá “Captación y tratamiento, escrito, oral, visual o gráfico, de la información en cualquiera de sus formas y variedades”; al igual que en la Wikipedia, no existe especificación sobre esta actividad, no es requisito indispensable poseer un título, cualquiera con ganas de escribir puede ser periodista. Entonces, ¿cómo marcar la diferencia?
Es aquí donde actúan los verdaderos periodistas. Las nuevas tecnologías han cambiado muchas cosas, pero no el verdadero sentido de la calidad y la eficacia. Por ello la idea de que el periodismo escrito desaparecerá resulta extrema. El verdadero reto es conseguir aplicaciones eficaces, aprovechar las ventajas de la red, al igual que la red se aprovecha de los medios tradicionales.
Es cierto que los medios tradicionales no pueden enfrentarse a la difusión masiva que permite la red, es cierto que la rapidez a la hora de informar sobre hechos de última hora la tiene Internet, que la interactividad y la participación que permite han hecho que crezca su poder, su alcance y su uso. Pero, ¿qué pasa con la calidad motor del buen periodismo?
En Internet encontramos todo, información “escrita”, imágenes para quién necesite “ver para creer”, videos que aportan realidad, opiniones, contraste, etc. pero la variedad no siempre implica calidad. La red sigue siendo una herramienta, cada vez más avanzada pero no completamente mejor.
Reporteros, fotógrafos, cámaras…buscan, se informan, viajan a los lugares de los hechos, contrastan, elaboran y reelaboran; blogueros y usuarios aficionados, solo tienen que acceder a la red, “recolectar”, cortar, pegar, unir y opinar, pero lo que en realidad hacen es aprovechar el trabajo de otros.
¿En qué consiste el periodismo? Sí acudimos a la RAE nos dirá “Captación y tratamiento, escrito, oral, visual o gráfico, de la información en cualquiera de sus formas y variedades”; al igual que en la Wikipedia, no existe especificación sobre esta actividad, no es requisito indispensable poseer un título, cualquiera con ganas de escribir puede ser periodista. Entonces, ¿cómo marcar la diferencia?
Es aquí donde actúan los verdaderos periodistas. Las nuevas tecnologías han cambiado muchas cosas, pero no el verdadero sentido de la calidad y la eficacia. Por ello la idea de que el periodismo escrito desaparecerá resulta extrema. El verdadero reto es conseguir aplicaciones eficaces, aprovechar las ventajas de la red, al igual que la red se aprovecha de los medios tradicionales.
Me gusta mucho. Un beso y ánimo con las entradas :)
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